La huerta, una despensa viva
Un huerto controlado ¿Qué superficie? ¿En qué lugar? ¿Con qué fin? Tales son las preguntas que deben hacerse Ios principiantes al plantar su huerto. La cantidad de terreno está, naturalmente, en función del tiempo disponible. Si la horticultura no representa más que una actividad de ocio, hay que mostrarse prudentes y conformarse con un minihuerto de unos 100 m2, por ejemplo. La disposición de los cultivos debe responder a las necesidades de las hortalizas, que, debido a su rápido crecimiento, exigen las mejores condiciones. A la hora de la elección deben observarse tres principios: la mejor tierra posible, la más profunda; el máximo de sol, porque a las hortalizas les gusta la luz; un lugar al abrigo de los vientos, lo que debe guiar las preferencias hacia los huertos cerrados. De estas tres condiciones, únicamente la segunda puede crear dificultades irresolubles, ya que siempre es posible mejorar la calidad del suelo proporcionándole estiércol o abonos, y, a falta de muros o de sólidos cercados, se pueden plantar setos cortavientos para proteger los cultivos.
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