Las fibras, materias primas de los tejidos
El origen de las fibras Las fibras utilizadas para tejer pueden ser de origen vegetal, animal, mineral y, en nuestros días, químico. Las fibras de origen vegetal provienen de las distintas partes de una planta: las fibras de algodón, kapok (miraguano) o coco, provienen de los granos (kapok) o de los mismos frutos (coco); las fibras de cáñamo, lino, yute o ramio (planta del Extremo Oriente) provienen de los tallos; las de abacá o cáñamo, de Manila; las de alfa, de esparto, proceden de las hojas. Las hojas de pita proporcionan las fibras de sisal; las de palmera, la rafia. La fibras de origen animal las proporciona, en general, el vellón del animal: oveja, cabra (angora, mohair, cachemire de la India o del Tíbet), camello (China, India), llama de América del Sur (con las variedades de vicuña y alpaca). Sin embargo, algunas fibras son segregadas por los animales mismos: así, las orugas de las mariposas de la morera proporcionan la seda; las de la mariposa del roble, del ailanto o del ricino proporcionan la seda silvestre llamada «tussor» (tusor). Las fibras de origen mineral pueden ser fabricadas de amianto, de acero, de oro y de plata. De la turba se extrae una materia con la que se puede hacer franela. A partir del vidrio también se obtienen hilos. Las fibras de origen químico son numerosas y permiten fabricar tejidos sintéticos.
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